Fuego.



Tras la adversidad y la casualidad, quise encontrar una luz.

Buscando a la luna, caminé sin rumbo. En mitad de un desierto, encontré algo incierto.
Con reflejos en el rostro, rescaté a ese ser.

Pero la desdicha junto a un mal de ojo, hizo de mi villa puro fuego rojo.
Tras cientos de mares formados de lagrimas, encontré lugares en los que habitar.
Pero en mi mente siempre había algo, recurría a mi al soñar. Un mal sueño.

Estaba corriendo sin rumbo de nuevo, buscaba ese rostro mirando hacia el suelo.
Y me perseguía sin que yo lo viese, pero el me veía aunque me moviese.

El fuego estalló todo a mi alrededor, ardía sin cesar,
no podía escapar, no tenía donde ir, no había solución.
El fuego estalló, todo a mi alrededor, ardía sin cesar, quería terminar conmigo…

Pero tras el fuego, alguien resistente saltó a mi lado, se hizo presente.
Guardó tras su espalda mi cuerpo inocente, y dio el primer paso para ir de frente.

El muro se cayó encima de los dos. Pero yo coincidí justo donde había una ventana y no me dio.
El muro se cayó encima de los dos, pero yo coincidí a salvo y sin ti.

Veía su rostro mirando hacia el mio, con media sonrisa, repleto de frío.
Venía a por mí. Pero había alguien más que me quiso ayudar a escapar.

Estaba corriendo sin rumbo de nuevo, buscaba ese rostro mirando hacia el suelo.
Y me perseguía sin que yo lo viese, pero el me veía aunque me moviese.

Entonces mi hermano me hizo a un lado. Me cogió mi padre entre sus dos brazos.
Cerré los ojos con miedo, noté como saltamos y al caer en el suelo, vi a muchas personas.

Dentro de una capsula… Iría hacia otro lugar…

Tras la adversidad y la casualidad quise encontrar una luz.
Ahora al mirar al cielo, quiero regresar.

Prohibidme cuidar, pues hay buenas acciones que atraen al mal. Y esta fue una de ellas...


Fragmentos.



Más allá, dentro de mi ser y mis recuerdos, guardo la búsqueda de unos fragmentos que algún día formaron un único ser. Como el loco que con recortes de revistas crea la cara de su mujer perfecta, yo busco entre las almas mi alma perfecta.

Sin embargo, tiempo ha, se rompió y esparció por todo el universo… Y la búsqueda, desde entonces, no ha cesado. Imposible amar a un solo ser, imposible no estar amándole a él.
Fuego al fuego, la mejor combinación. Pero cuando él está en diversos lugares...
¿Qué tipo de locura es esa? Si no puedo estar en ningún sitio… Buscaré su mirada entre todos.

Aquel día, el fuego se llevó a muchas personas. Las casas caían, los niños lloraban.
Y la sombra, esa sombra que rescaté, reía tras las llamas, me seguía, trataba de matarme.
Pero, como fuego al fuego, una llama me salvó de quemarme. Esa llama que encendía mi corazón cada día, esa llama que, tras ser cubierta de arena compacta, se apagó.

Lo guardo dentro de mí, y lo busco por todos lados. Es mi mayor pena, mi mayor presión, mi peor recuerdo. Lo olvido cuando sueño porque vuelvo a vivirlo desde cero. Diferentes lugares, diferentes ocasiones, incluso, quizá, distintas caras… Pero el fuego lo quemaba todo, como la primera vez. Y al despertar, locura y lágrimas a mi vienen, al ver que mire donde mire, su rostro real no aparece. No está el alma completa.

En mi mente, los besos se esparcen entre todos sus fragmentos. En mi interior, imposible se hace no amarlos, quererlos, cuidarlos. Desear tenderlos entre mis manos y llenarlos de cosas bonitas. Quisiera, necesitase, amase amarlo y lo buscase, en mi locura, en mi interior. Quisiera empapar con mi fragancia todos esos trocitos para que algún día, si se cruzasen, se uniesen poco a poco hasta formar uno solo.

Cuando el fuego dejó de quemarme, se volvió parte de mi vida.
Y desde entonces, es lo que más amo, lo que más temo…

El arte.



Veo el arte, lo aprecio y lo entiendo, en mi cabeza está, expuesto, precioso, perfecto.
Pero de mis manos aun tras miles de intentos no logro plasmarlo, no queda igual, no es otra maravilla. Solo son lineas, bocetos, garabatos, cosas sucias sin sentido... y decaigo.


Es mi gran amor y mi gran rival, un tira y afloja constante. A veces toca caer y después toca levantarse, pero cada vez que caigo, más pereza me da... Cada vez que caigo, duele más.


El arte está en mí. Soy parte de él.
Pero a pesar de que yo le adoro, el se niega a mirarme a la cara.
Se esfuma entre mis dedos. Se esfuma en mi mirada.

Hoy y mañana.



Hoy te quiero. Mañana, ¿Quien sabe?No es culpa mía ni culpa de nadie.
El amor no es una obligación, si no una emoción.
No puede controlarse ni conducirse, ha de ser abierto, ilimitado.

Una sola dirección es un limite, por eso hay que dejar que se expanda hacia todos lados.

No estaba estropeada... lo estaba haciendo bien, pero me dolía por que nadie me comprendía.
Ni yo misma. 
Ahora puedo entenderlo, y no hace daño. Es una ocurrencia, se repite cada año.

Hoy te quiero. Mañana, ¿Quien sabe?No es nada malo, ni un hola, ni un adiós.
No es para siempre ni hasta nunca, es una sensación.

No se pierde como el agua entre tus manos, ni se captura como la tierra.
Es intocable 
como el viento, vivo y audaz cual fuego.

Si el amor es libre, ¿que tiene de malo cumplir su libertad?
Que si han de haber cadenas, las ha de dictar él, no las religiones, limitando su poder.

Hoy te quiero. Mañana, ¿Quien sabe?No sería malo, seguramente tampoco bueno, pero no sería malo.
No sería el olvido, 
ni sería lo eterno... Solo el presente, lo que vives, lo que ha de disfrutarse...

Quiero abrirme, expresarme. Hacer lo que me dicte, aunque dictara que de ahogarme.
Si el aire no me llega entre mares de mentiras, perderé esta vida y empezaré con una nueva.

Hoy te quiero. Mañana, ¿Quien sabe?
No me culpes, no culpes a nadie. La eternidad existe, pero no es algo razonable.

Extenderse no es dejar de querer a nadie. Los arboles tienen ramas, y las ramas tienen hojas.
En medio del bosque, todas ellas, se rozan. No es culpa mía, ni es culpa de nadie.

Solo quiero ser lo que realmente soy, no lo que pretenden obligarme a ser.
Y por eso, no temo a decir:

Hoy te quiero. Mañana, ¿Quien sabe?

No tengo por que dejar de quererte, pero no por ello he de no querer a otros.
No creo que sea malo, no creo que sea erróneo.

La vida no es solo para uno, es para todos. Y el amor, no es una obligación, si no una emoción.
Si hoy te quiero, mañana también, pero, ¿Que podría pasar mañana? Podríamos no estar solos.

Firmeza y aguante.



Inestabilidades que corren la mente. Bordes que llevan al abismo.
Caer allí no es sugerente pero no pienso lo mismo.

Sin embargo, resisto, aguanto. El peso que cargo me hará fuerte.
Pero enfureceré si me anclo, necesito ir con la corriente.

Prefiero desmontarme por jugarlo todo,
que acostumbrarme a vivir de un mismo modo.

La diferencia la marcaré yo misma. Lo enigmático es precioso.
Seré la referencia del carisma. En la luna vivo, no reposo.

Uno, dos, tres, cuatro.
Marco pasos.
Un, dos, tres, cuatro.
Soy el camino.
Un, dos, tres, cuatro.
Voy andando.
Un, dos, tres, cuatro.
Ven conmigo.

Inestabilidades que corroen la mente. Bordes que llevan al abismo.
Caer allí es muy diferente de lo que nunca nadie ha visto.

Busca conmigo la firmeza. El soporte que te alce la cabeza.
Busca conmigo el aguante, el motivo que al caer te levante.

Así seremos fuertes, sin anclarnos.
Siguiendo las corrientes. Expresando.

Vayamos a la búsqueda, de la firmeza y el aguante.

El fuego por emoción.


Cuando todo choca en mi cabeza, se crean explosiones.

Saldría fuego de mi boca, pero la tapo con mis manos para no quemarte.
Lleno mis dedos de heridas, y hierven bajo un caliente descontrol.
Entonces, cojo el lápiz y dibujo su rostro. Una y otra vez, ardiente como el fuego que me quema las palmas, las yemas. Ira y desacuerdo. Ataduras, poco movimiento.

Son malas combinaciones para un ambicioso ser, son malas soluciones si es que existen.

Aún a pesar de mi llameante aliento y la seductora oscuridad, trato de evitar que la violencia se agite como el viento para no romperte el antifaz.

Si por una vez pudiese evitar el caos y el descontrol...
En algún momento, racioné mi memoria.
Ir descubriéndola como quien lee un libro, es antagónico a la gloria.

Siempre atraje las casualidades, siempre atraje la maldad.Las maldiciones me persiguen, soy de ellas su deidad.
Más sin importar demasiado, mis dedos siguen quemados.
Luce roto mi disfraz por cuchillos afilados.

¿Quien me creería en esta posición? Que hubo un día que sin quererlo dominaba todo Orión.

El poder, sobre una mano. La justicia, sobre otra.
Siempre quise saber que pasaría si entrelazaba mis propios dedos.

¿Explotarían igual que todo dentro de mi cabeza?
El fuego detrás de mí, siempre lo ha quemado todo... borrando mi rastro.
Con el viento avivo sus llamas, y con el agua las apago.
Simplemente con su ayuda, tendría todo el poder.
Pero me resigno, igual que siempre me he resignado.
Por buscar algo nuevo, perdido, desolado.

Y mis manos me llevan al pasado, donde,después de mucho tiempo, tu rostro vuelve a ser presente.

En una mano el poder, el lápiz. En otra la justicia, el papel.
¿Es esta mi condena?

Las copas cayeron por que tiré del mantel.
El fichero de ajedrez quedó destruido tras la última partida.
¿Que haré en la próxima vida?

Peón mata a la reina, y termina la jugada.
Si ese es vuestro plan, estoy atenta y preparada.
Que me corten la cabeza. Nunca podrán eliminarme... 

El fuego ganará al fuego, cortando con sus llamas las propias llamas de su hermano...
Un hermano que nunca debió conocer.


Con mis manos tapo mi boca. Para que nadie vea el fuego que escupo al enfurecer,
que mi alma evoca.

Cuando todo choca en mi cabeza, se crean explosiones.
Y la hermosa confusión, me absorbe con canciones.

Late, corazón. No evites emociones; nunca estarán de más, jamás.

Un vuelo acompasado.

































Dos aves blancas, que revolotean por el cielo. 
Cantan y vuelan libres, sin preocupaciones.
Solo consigo rabia, observándolas. Solo tengo celos.
En algún lugar lo expreso, quizá en nuevas canciones.


Pero el universo es muy inmenso, demasiado para dos simples pájaros.
La gravedad atrae lo denso, y ambas caen, intentando alejarnos.

Como canicas ruedan piedras blancas. Río abajo las lleva la corriente.
No tienen reparo en las trampas que les pone el agua del saliente.

Y tu estás al otro lado, fuera de mi alcance.
Ya me has olvidado para mirar de las aves su balance.

Cantan y vuelan libres, sin preocupaciones.Solo consigo rabia, observándolas. Solo tengo celos.
En algún lugar lo expreso, quizá en nuevas canciones.

Desprendería mis alas de la espalda, quisiera cruzar este rió de ilusiones.
Pero encontraré un camino mas fácil. Las piedras se juntan en montones.

Cruzaré descalza por las piedras, mojando mis pies de cristalina agua.
Llegaré hasta el punto donde esperas. Cogeré tus plumas y entraremos en la jaula.

Dos aves blancas, que revolotean por el cielo. Y a su alrededor, miles más.

Y tú...


A medida que pasa el tiempo, más recuerdos vuelven a mí.
No se si todos serán ciertos o si solo eran opiniones mías,
pero hay cosas que tengo del todo claras.


Este mundo; por mí puede desaparecer.
No me gusta en lo más mínimo.
Los humanos ; no són más que escória.
No tendrían que existir.

Y tú, tú no estás conmigo.

Caminé por grandes valles, por anchas calles.
Siempre estabas a mi lado.
Contigo miré el cielo, el rio, el sol y las lunas.
No tenía de que quejarme, no tenía por que alejarme.
Trepamos arboles, exploramos cuevas
e hicimos todo lo que podríamos haber hecho como niños,
como curiosos.


Y tú, tú siempre estabas conmigo.

Tus ojos, iguales a mis ojos.
Tu sonrisa, tan fría como la mía.
Y esa corona, la corona que nunca llevabamos puesta...
Son recuerdos de un reflejo mío y a la vez diferente a mí.

Ahora si; entiendo el dolor, entiendo la pena.
Quiero huir, tal y como quise huir aquel día.

El fuego subía por las paredes, tiraba los árboles.
En el aire se respiraban lágrimas, se escuchaban gritos.
La muerte me seguía,destruyendo todo tras de si... pero no me alcanzó.
Jamás me alcanzó esa muerte, pero en su intento destruyó demasiadas cosas bonitas.

¿Es eso justo? ¿Que tendría yo de importante?
Todos tenemos alguna historia por contar...

Pero mi historia siempre será la tuya.

Incluso cuando no hacía lo correcto, tú me dejabas hacerlo.
Si tenía que caer me dejabas caer, si tenía que avanzar me dejabas avanzar.
Nunca nadie estubo tan cerca mío y a la vez me dejó ser tan libre.

Y aun con todo lo bueno, permaneciste en todo lo malo.
Tus manos, grandes y fuertes, me llevaron a cuestas más de una vez.
Me llevaron a cuestas incluso aquella vez, en la que pensaba que todo desaparecería.


A medida que pasa el tiempo, más recuerdos vuelven a mí.
Este mundo es una escória; los humanos podrían desaparecer.

Quiero huir a tus brazos, y tú... tu no estás conmigo.

¿Cuando volverás, querido hermano?
¿Cuando vendrás para cojerme en brazos de nuevo y llevarme a nuestro hogar?

Sigo esperando.

Protégeme, ayúdame.



En cualquier lugar, en cualquier parte, siempre estuviste protegiéndome y ayudándome.
En lugares extraños y en lugares habituales. Cuando me afrontaba a la vida, o al precipicio de la muerte, siempre estabas para salvarme. Tantas veces las que jugamos, tantos sitios los que corrimos, en un territorio tan pequeño para el mundo y tan infinito a mis ojos, que no podría contarlas con el orden numérico de ningún mundo.

Me cuidabas, cuál buen hermano que eras, me apoyabas y a pesar de tus reprimendas eventuales, jamás tuvimos grandes discusiones. Me encubriste en ocasiones, al igual que yo también te encubría, como cómplices, como portadores de la misma sangre... o eso quiero recordar.

Y a pesar de las posibilidades, de las palabras de aquella persona, esa cual destruyó todo, cual manchó de sangre mis recuerdos, roja como la vida, carmesí como su pelaje, quiero seguir pensando que siempre estuve a tu lado pues todo lo que recuerdo empieza desde un punto lejano, donde tú ya eras conocido a mis ojos, ojos de cría, ojos de infante.

Esos ojos con los que miran el mundo los niños, los que me gustaría conservar eternamente.
Quiero seguir pensando que en cualquier lugar, en cualquier parte, estarás siempre protegiéndome, ayudándome, pero... ¿Dónde estás, Upcto?


Tú siempre serás para mí...




Esas flores que me dabas cada viernes, llenaban mi interior de alegría.
Tu sonrisa pura y limpia me hacia amarte, y querer seguir siempre a tu lado.

En la plena oscuridad, siempre tu brillabas para mi, y en la eternidad, juraste quedarte conmigo.

Ahora dime por qué, querido hermano mio, hemos tenido que separarnos en el vacío del espacio.
Por qué reencontrarte es tan difícil...
Dime por qué ahora las noches son solo oscuras, y ningún viernes hay flores para mi.

Por favor mi amado hermano, dime por que ya no estás aquí para cuidarme, para quererme,
para jugar conmigo...

Dime quien a decidido este frío y amargo destino. Este destino sin ti...

Buscaré eternamente todo aquello que fue mio. Tu sonrisa, tu cariño. Tu luz lunar.
Y esa llama que venia conmigo en nuestro camino. Esa rosa que te seguía.
Buscare lo que era mio, y lo que te pertenecía...

Y espero algún día regresar al mundo del que nunca debí marchar...

Pero, yo todavía se que... Tú siempre serás para mi...

La Familia

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¿Que es la familia realmente?


Muchos piensan que son aquellas personas con las que tenemos lazos de sangre. Y es que literalmente es eso. Sin embargo, "familia" tiene más significado que ese.

Familia es la persona que está contigo cuando estás bien y cuando estás mal.
Es la persona que te acepta seas como seas y aun aceptándote, te ayuda para ser mejor. Para ser mejor tu mismo, para ser lo que quieras ser. Son quienes te aman, quienes te cuidan, quienes te apoyan.

Quienes pueden percibir la familia de esa forma, más allá de los lazos parentales, considera su familia a sus amigos, sus mejores amigos. A quienes forman un papel importante en su vida.
No es necesario tener lazos de sangre para ser familiares.

Y los niños... ¿que culpa tienen cuando su familia parental se ve destruida?

Muchos niños se sienten culpables de la ruptura de sus padres, de las peleas con sus tíos.
Los niños no tienen nada que ver. Son los primeros en nombrar familiares a sus amigos, y esos niños son los primeros en concebir la palabra "familia" de una forma más amplia, aplicándola hasta el infinito de sus vidas.

Es también una forma de evadirse de esa ley no escrita nombrada "familia", la cual te obliga cada año, en las fechas destacables, a estar con un grupo de personas que quizá no te cae bien. Que quizá no quieres ver. Te permites el lujo de decir "no, voy con mis amigos" pero esos amigos tuyos son tu nueva familia.

Está muy bien cuando puedes llevarte bien con aquellos que llevan tu misma sangre, o parecida. Pero nunca has de temer el considerar familia a alguien que no.

Yo creo que ya tengo mi familia escogida. Ya han pasado bastantes años y puedo diferir entre unas personas y otras, con o sin lazos. Ya se quienes son. Y a veces, cada vez más, me gustaría aumentarla. Me gustaría ser madre... sin embargo mi concepto o visión no es el mismo que el de la persona que se supone que sería el padre de mis hijos.

Y ahí vuelvo a preguntarme, ¿realmente es necesario que la familia tenga lazos parentales?
Supongo que es un tema que a mi edad emociona y a la vez asusta.

Pero los niños... que bonitos son los niños.

Estira, estira. Crece, crece.


Bien, como dije mi hombro me ha dado una oportunidad y yo no iba a perderla. Tras unos días viendo que no había dolor, decidí ir directa a la academia de circo que había encontrado por esta zona, Circo Nove. La verdad, me ha costado encontrar la escuela porque, o tenían la dirección mal puesta, o el GPS es imbécil. El caso es que la he encontrado al final.

Ayer Martes, probé a hacer acrobacias aéreas, pero... vi que lo había perdido todo. No tengo nada de fuerza en los brazos, a penas puedo conmigo misma. Solo me di subido al trapecio más bajito y hice la sirena. Nada más que eso. Pero me gustó.

Esta mañana he ido con Luisma a preparación física, y la verdad, fuerza no tengo ninguna, pero al menos equilibrio y flexibilidad todavía tengo un poco. Me gusta porque es intenso pero relajado a la vez. Nunca me ha gustado demasiado correr y ese tipo de cosas, así que considero que la clase de hoy ha sido agradable.

Me siento contenta, aunque parece que me hayan dado una paliza. Estoy llena de moratones y agujetas. Me han crujido todos los músculos, huesos y todo lo que pueda crujir. Tras ayer y hoy, siento la espalda un poco cargada, pero noto que no es el dolor de siempre, si no el dolor de usar el músculo. Ese que aparentemente llevaba pinzado sus más de 700 días.

También que la gente de ahí tiene una buena energía y te pones positivo. Sientes que podrás con todo, aunque no sea hoy, y eso hace que uno se sienta bien. Yo con volver a mi masa corporal de antes, creo que la energía en los brazos la ganaré rápido y podré volver a ser una mujer de curvas bellas en las alturas. Todavía no se a que aspiro con esto, porque el hecho de vivir en pareja me beta un poco lo de volver a intentar trabajar en un circo, pero... ¿Quien sabe?

En definitiva, odio el deporte pero adoro las acrobacias y ejercicios de estiramientos y flexibilidad. Rara, ¿no? Con deporte digo... correr. Me pone fatal, pero en cambio intentar que me lleguen los pies a la cabeza me parece genial.

Eso sí, lo de las dietas lo llevo mal. Pero intentaré controlarme cada vez un poco más, como llevo haciendo meses.


Quiero volver a sentirme bien, a controlar mi cuerpo. Cansarme nunca me ha gustado, pero exhibirme sí.
Me encantaría volver a decir "yo también se hacer eso" y poder demostrarlo.
Ya tendré tiempo para envejecer y no poder hacerlo.
Ahora que puedo, quiero.
Y lo haré.

Oportunidades.


Las oportunidades que nos da el tiempo, suelen ser infinitas. Pero nosotros siempre estamos muy ocupados lamentándonos de los males y las desaprovechamos. Olvidándonos de sonreírle a lo bueno, como a un abrazo, como a un beso. Sin saber sonreírle a una tarde bonita. Parece que hasta que no vemos el final del camino, no nos esforzamos en que este sea bueno.

Envidio a esas personas que saben y supieron vivir sus vidas tranquilos consigo mismos, felices y haciendo reír a los demás. Envidio todo lo que pensé ser y está siendo otra gente porque por muchas razones yo ya no me veía capaz. Porque desaproveché la oportunidad.

Aunque a veces, un poquito, consigo sentirme bien. A veces consigo salir del dolor y decir "no es para tanto, sé feliz", y pretendo serlo. Me gustaría ser como el sol, anaranjado, con tonos rosa. Como el amanecer, como el atardecer. Ese haz de luz que marca el inicio y el final del día, esos colores preciosos. Me gustaría dar esperanza a la gente, cautivar sus corazones.

Quiero coger esas veces en las que me siento bien, como si todo fuesen cosas "pomposas", blanditas, preciosas, y avanzar hasta el infinito. Quiero pasarme las noches mirando las estrellas, oír sus historias, y las mañanas dándole las buenas noches al sol. Avanzar en los saltos y recordar un pequeño baile, un grito de victoria. Sonreír un poco más para mi.

Crecer, subir, cantar y aun así, no dejar de ser una niña. Seguir. Tener oportunidades.

Quiero aprovechar esta oportunidad, porque creo que mi brazo me va a dejar seguir soñando.
Volver a subirme a un trapecio, volver a dibujar cuanto quiera.
No quiero dejar ir mis sueños.
Gracias, Zach.

Nadie lo iba a comprender.


Nadie lo iba a comprender.
Porque lo que pude sentir contigo, no era algo normal, no era algo común.
Y lo guardaré siempre en mi interior, como lo prohibido, lo anhelado.
Era tan agradable como pecado. Malo, muy malo.

Siempre busqué algo parecido a ti, similar a tu forma de ser.
Pero no hubo nada que te igualase. Ni siquiera quien decía ser igual que tú.
Él era diferente, incluso a quien siempre he estado buscando, era diferente.
Pero aunque no quiera decirlo nunca, lo importante eras tu.

Nadie lo iba a comprender.
No, nadie lo entendería. Porque hay cosas sobre nosotros que todavía nadie sabe,
y que espero que nadie sepa nunca. Porque, quizá, si las supieran, dejaría de pertenecer a tu mundo. Quizá perdería el derecho de estar a tu lado y tu la obligación de cuidar de mí.

Pero aunque un haz de luz me guíe hacia ciertos sentimientos, mi corazón sigue latiendo porque puede recordarte. Porque quizá eres lo único que recuerdo con claridad.

Esas noches quedaron atrás, muy atrás. En mis más vagos recuerdos, como un trauma quizá.
Nadie sabe de ellas, nadie puede responderme. Y es que a nadie le iba a preguntar sobre ello.
Pero cuando lo recuerdo, mi bello se eriza, mis mejillas se sonrojan, y yo misma me cuestiono el por qué de aquello. El por qué de tu, el por qué de yo. Y me cuestiono cuando acabó, el por qué de que tuviese que acabar.

Jamás sentí odio hacia ti por nada de eso. Siempre hacías que todo fuese un poco más agradable.
Y aunque después tu gran, gran vacío, pudo ser llenado o quizá tapado, yo lo recuerdo como algo maravilloso. Algo que me gustaría recuperar. O por lo menos, recuperar el verte sonreír.

Pero es que... nadie lo iba a comprender.

Siempre has estado tan cerca, tan lejos, siendo parte de mí...
Añoro tu protección. Y cada vez que me encuentro algo que parece un fragmento de ti... me ilusiono. Quiero aferrarme a ello, aunque no seas tu.  Es una locura peculiar.

No lo comprenderíais.

Mi primer Sant Jordi


Hasta hoy, había pasado todos los Sant Jordi, diecinueve, esperando que alguien apareciese con una flor para mí. Las únicas flores que había tenido, eran las que regalaba el colegio de primaria como recordatorio del día, así como el instituto. De hecho, en el instituto tenía habitualmente dos. Una por ser alumna y otra por cantar en la coral en este día. Pero esas roas no eran de alguien para mí. Eran un detalle del colegio. Así que yo aprovechaba que las tenía, y se las regalaba a mi madre. Ella tomaba el papel de hombre y me compraba siempre un libro.

Recuerdo que la primera vez que le pedí eso, me compré un libro de Isabel Allende, creo que se llamaba El Dragón de Oro, pero no estoy segura. Lo que recuerdo es que averigüé que ese libro era la segunda parte de una trilogía mientras lo leía, así que nunca lo terminé, esperando encontrar la primera y la última... Una lástima, porque el libro estaba siendo muy bueno.

También recuerdo una vez en concreto en la que me reí bastante. Ese día me compré el libro de "El libro sin nombre", el cual incluso su autor es anónimo, firmado como tal. Era un libro de misterio, bastante bueno también. Yo no lo conocía, lo vi en una de esas preciosas paraditas de Sant Jordi con banderas catalanas que ponen en los pueblos. Al leer la parte de atrás, decía algo de que solo las personas con alma pura podrían leer las páginas de ese libro, así que me propuse divertirme. Leí en voz alta toda la contraportada, estando yo rodeada de ancianitas y una amiga a la que previamente le había contado lo que iba a hacer. Una vez que terminé, ojeé el libro de arriba a bajo, diciendo "Bah, pero que tontería. Si está en blanco el libro, ¿a quien se le ocurre? ¿Es una broma o qué?". Realmente no pensé que lograse nada, pero las ancianitas se apartaron. Al final me lo compré, como he dicho. Y el libro está bastante bien.

El caso es que los años pasaron, los novios pasaron, y yo no tuve flores. Yo fui el chico siempre. El chico para mi madre, y ya está. Y este año, por primera vez, he tenido una.

Luisma me ha regalado mi rosa de Sant Jordi. Estando en Galicia, donde no se celebra. Sin dinero para comprarla, así que ya imagináis como la ha conseguido. La rosa es enorme y preciosa aunque el tallo muy pequeño, apenas he tenido donde ponerla, pero ahí está, preciosa y dándome un poquito de felicidad.

Ahora la tengo encima de la tele, dentro de una mini taza con algo de agua de La Bella y la Bestia, que le viene genial, me temo. No se si haremos algo más hoy, ni si lo pasaremos mejor que los últimos días, pero yo confío en que si, aunque sea a nuestra manera ~

- Veinte años para mi rosa -

Gracias, Güihma ♥.

Día mundial del circo.



Hoy es el día mundial del circo.
19 - 04 - 2014


Nunca he sido de celebrar las cosas, la verdad. Pero esa gente a la que quiero tanto, la gente del circo, si que lo celebran todo. Quizá por eso pueden seguir viviendo mientras sonríen, en vez de tristes como el resto de la sociedad. Y en un día como hoy, me lamento de no poder estar con ellos. A pesar de que estén dispersos, lejanos, me gustaría decirles "Eh, ¡feliz día del circo!" sin parecer imbécil, sin que creyesen que estoy mal de la cabeza por no formar parte de su colectivo.
Cuando era pequeña, quería ir a los circos siempre, como cualquier niño. Hasta que un día, juraría que en el Circo Americano, me mojaron en un espectáculo que estaba relacionado con un elefante. Entonces les cogí un poco de manía y de miedo. Era una niña y no podía razonar que unas gotas no me iban a arruinar la vida. Que eso era gracioso. Era una niña de cinco años y me enfadé.


Años después, quizá cinco después, con diez de edad, en el centro del pueblo, se instaló el Circo Universal, si mal no recuerdo. Allí recuerdo que conocí a dos niños: Dylan y Joanes. Pasamos una semana muy divertida, jugando con otra chica que por entonces era mi amiga, llamada Alba.

El parque estaba justo en frente del circo, así que íbamos allí todo el día, jugábamos y ya está.
Una vez me adentré en la carpa para buscarles, porque no aparecían. Por aquella época, en mi mente todavía poco desarrollada y confusa, no llegué a la conclusión de que la gente vivía en las caravanas y no dentro de la carpa. Recuerdo que, evidentemente, alguien de dentro, quien por cierto estaba llevando palomas blancas de un lado a otro, me dijo que no podía estar ahí.
Yo asustada, salí corriendo. Ni siquiera tuve el valor de decir que era amiga de los chicos, así que esperé fuera. Tampoco tenía dinero para ver el espectáculo ni me atreví nunca a preguntar si me invitarían. Así que el circo se fue y jamás vi su actuación. Solo conocí a dos chicos, que para mi fueron especiales en su momento. Dos chicos que estoy segura de que, a día de hoy, ni por poco se acuerdan de mi.

Pasó mucho tiempo hasta que volví a acercarme a un circo. Habían pasado por allí, pero jamás les presté atención. Tenía buenos recuerdos, pero no tenía dinero ni tenía nada. Entonces, una navidad, me regalaron un libro. "El nombre del viento", el cual hablaba de la historia de un niño circense y sus habilidades. Me quedé prendada de ese libro, hasta ser mi favorito incluso en la actualidad, y no pude evitar recordar a aquellos chavales, de haría en aquel momento seis años atrás.

A los pocos meses, apareció un circo en el pueblo. Era el Circo Piraña Show. Me metí en el terreno antes de los días de espectáculo y me encontré a una chica rubia, a la cual le pregunté varias cosas sobre su mundo, y ella, seguramente abrumada por mis preguntas, me dijo cuando había espectáculo. Después super que se llamaba Patricia. Me entraron unas ganas irremediables de ir, pero no quería ir sola, así que le pedí a mi mejor amiga, Yaiza, a la cual he llamado siempre Kari, que viniese conmigo. Y vino.
Entramos ambas, pagando nuestras entradas, y al salir, quise felicitar por el espectáculo al director. Me quedé hasta que se fue todo el mundo esperando en la salida de la carpa, para preguntar a la gente, y entre unos y otros, me derivaron al final ante Fabio Zavatta.

En aquel momento no sabía su nombre, de hecho lo averigüe bastante después.
Recuerdo que le empecé a felicitar pero el, aunque contento, estaba un poco a otra cosa. Pegó un grito en italiano, idioma el cual por aquel entonces no entendía, y apareció un chaval frente a mí. Ese era Aris, su hijo. Apareció otro chico, el cual no diré su nombre por si causase algún problema, pero al cual recuerdo vagamente. Sabía que habían tres niñas por ahí pero no dieron señales de vida. Sin embargo, de una forma u otra, acabamos pasando la tarde jugando con esos niños.

Al día siguiente, quise volver a ir. Pero tampoco sola, así que recurrí por preguntarle a mi madre, quien muy forzosamente cedió y nada más terminar el espectáculo, aunque le gustó, se marchó.
Recuerdo estar dibujando en la arena ese día, y que todos los chavales vinieran a preguntar, a ver. Recuerdo encontrarme con Marc, un viejo amigo de mi infancia, padre de un compañero de mi escuela. Esa tarde, también la pasé con los chicos, y un poco con Erin, quien apareció para presentarse.

En aquella época yo lo estaba pasando fatal. Estaba teniendo un mal momento con mi pareja y mi única amiga no podía dedicarme todo el tiempo que yo quisiera que me dedicase.

El día siguiente, mi pareja me dejó. No sabía que hacer ni donde ir. Ese día llovía, lo recuerdo.
Me dirigí al circo, ya sin dinero, sin nada, aunque fuese para escuchar las risas y los aplausos desde fuera, escuchar la música. Me pasé llorando un buen rato y cuando pude parar, me acerqué a la carpa un poco más, a la espera de que saliese alguien conocido. ¡Y lo hizo!
Apareció Aris, vestido de payaso, quien a un grito intentendible para mí, hizo venir a Erin.
Esta me llevó dentro, sin más, cogida de la mano, y se sentó a mi lado, aun vestida de traje.

Al salir esa tarde tras la primera función, pude ver y conocer a mucha gente, aunque en ese momento, creía que les olvidaría fácilmente. Recuerdo que estaban una mujer de pelo oscuro y largo, otra de pelo rubio atado a una coleta, tres niños rubitos y muy traviesos y una bebé adorable. Pasé esa tarde con Erin y todos los niños, menos el final del espectáculo, jugando. Y al terminar la segunda función, ya todos se iban. Ese día me presentaron a dos chicas más las cuales no diré sus nombres por si fuese un problema y sobretodo, a Kelly.

Volví el día siguiente, y el siguiente y todos los días que estuvieron allí. Me di cuenta de que con quien mas afinidad tuve, fue con la ultima persona que conocí; Kelly. Me lo pasé como nunca, riendo, jugando, hablando y conociéndoles. Recuerdo lo mágico que se torno para mi el olor a diesel, a algodón de azúcar, a palomitas. El olor del barro, incluso. Son olores que acogí como sinonimos de la felicidad. Lo que para mí fue la felicidad.

Lo pasé tan bien esos días, que superé sin miedo ni obstáculos mi ruptura reciente. Me sentí tan bien, que desde entonces hasta hoy, les considero parte de mi familia. Especialmente a esos tres chiquillos, los hermanos Zavatta Pellegrini.

Sin embargo, sentí como se me caía el mundo encima en el momento en el que, por cuestiones lógicas, recordé que debían irse. Me parece que nunca he sentido tanto vacío como el de aquella vez. Desde entonces, ese descampado ha sido un lugar especial para mí. Cuando me estreso, cuando salgo corriendo de casa, termino allí. Es mi nuevo sitio de pensar, mi sitio de llorar, mi sitio de coger aire y recordar las cosas bonitas cuando el presente me hace pasar un mal trago.

Una vez que se fueron, intenté ir a verles muchas veces. De las cuales la mayoría fracasaba y cuando conseguía ir, siempre era menos tiempo del que podía. Reconozco que cada vez que iban a un pueblo nuevo, hacían amigos nuevos y eso me ponía celosa, pero, ¿quien era yo para prohibirles semejante cosa? ¿Quien era yo para demostrar esos celos?

Al tiempo recuerdo conocer a una familia nueva, solo padre e hijo, ambos fakires, con el mismo nombre. Para mi que eran buena gente, pero como a veces pasa, desaparecieron, y como no tengo la confianza suficiente con ellos no diré sus nombres. Aunque si es cierto que llevo dando nombres sin asegurar nada, y si molestase a alguien o alguien quisiera que diese el suyo, no tendría problema en cambiarlo.

Pasó el tiempo, no demasiado, y tuve una iluminación en los ojos. Eran carteles en los que anunciaba que el Circo Marton haría espectáculo en mi pueblo. En una zona muy lejana, alejada del resto de la civilización, ¡pero lo harían! Me las apañé para ir, no recuerdo ni con quien, supongo que con mi madre. Recuerdo haber ido con amigos varias veces, pero eso a tiempos distintos. Allí ocurrieron más cosas.

Al salir, volví a encontrarme con viejo amigo Marc, el cual vivía bien cerca de allí. Y sin saber bien como, así de la noche a la mañana, me ofrecieron un contraro: cuidar de sus hijos.
Si bien sus caras me sonaban, no les había reconocido. Pero a los niños si, ¡vaya que sí!
¡Eran los mismos niños con los que había estado jugando en el descampado del centro del pueblo cuando el Piraña Show vino! Resultó que eran primos y familiares del otro circo. Me pareció muy curioso y muy bonito.

Pasé un verano con ellos, cuidando de los niños como medianamente pude. Conociendo a todos sus integrantes y viendo a Marc cada día, que por lo visto en la estancia del circo allí, se había hecho también buen amigo de todos, así como su mujer y sus hijos. Ese verano ha sido hasta hora diría que el más inolvidable de todos. No diré que acabó bien, porque no pude soportar que se fuesen y el último día no me presenté. Pido perdón desde aquí, como lo he hecho tantas otras veces desde tantos lugares.

Allí conocí a magníficas personas, entre las cuales me tomo el lujo de nombrar a Jaume, aunque siempre le llamé Giampo, quien me enseñó a tocar la guitarra. Al menos lo poquito que sé. Y incluso descubrí que, el primer contacto que tuve con el circo en mi vida, estaba conectado a ese. Puesto que uno de los niños que conocí en el Circo Universal cuando tenía diez años, era hijo nieto del dueño del Circo Marton, en paz descanse.

Después de eso, y sobretodo durante ese tiempo y siempre junto a Marc, quien nunca tenía problema en llevarme a un sitio o a otro, fui a ver a los del Piraña muchas veces. Cada vez juraría que era más amiga de Kelly, hasta ser hoy una de las personitas que más me importan, a pesar de lo poco que podamos vernos, de lo poco que podamos hablar.

En definitiva, yo pasé mucho tiempo alejada de ese mundo, pero desde que lo descubrí de cerca, solo he visto cosas buenas y no he hecho más que enamorarme y enamorarme de él. De un mundo el cual para mí, parece ser inalcanzable a pesar de tenerlo tan cerca siempre, a pesar de todo.

He conocido a mucha otra gente maravillosa, y aquí me tomo el lujo de nombrar a Angelo, Vanesa o Alex, con quienes a día de hoy todavía mantengo el contacto. Incluso, a la mayoría de esta gente la conoce mi actual pareja, porque no iba ni a negarle ver este mundo ni a dejarles de lado por nada. Porque para mi, ellos son mi familia. Más que mucha de mi familia sanguínea, ellos han estado cuando les he necesitado, ellos siempre me han hecho reír y sentirme bien, ellos siempre, aun sin saberlo, me han curado las heridas. Por eso, y por todo, son magníficos.

Todos vosotros, chicos, de verdad, sois geniales y yo os adoro.
Ojalá tengáis un buen día hoy, y todos los demás. Hoy solo es la excusa para deciros esto, pero sabéis que os lo diría cualquier día.

Así que, sin un propósito ni un final, simplemente para desahogarme y explicar parte de mis vivencias muy resumidamente, dejo este texto en honor al día mundial del circo. Este texto que he intentado llenar de todo el amor que siento, de todos los bonitos recuerdos que guardo. Y por si fuese poco, hay más...
Porque hace tiempo, aunque diciendo casi lo mismo pero a un pasado, escribí una carta para esos tres hermanos que tanto me han marcado. Una carta pública, y la cual me tomo el lujo de volver a publicar...


Andaba yo distraída por el mundo.
El cielo estaba nublado, gris y triste, triste como yo.
Las calles estaban encharcadas y el camino de arena, ese dia, era un camino de barro.
Las lagrimas habían acudido a mi cara hacía poco.
Volvían cada poco, y la oscuridad en mi corazón aumentaba.

Entonces, pasó una nube que dejó alumbrar al sol.
Y vi camiones, muchos camiones, muchísimos camiones.
Camiones azules, llenos de dibujos, brillantes.

Venía un circo al pueblo.

Con todo el descaro me quedé mirando.
Miré toda la tarde como aparcaban, como montaban la carpa.
Estuve sentada ahí al lado todo el día sin que nadie se fijase en mí.

Llegó la noche y yo todavía no había ido a casa.
Salió una chica con una chaqueta roja, con el pelo muy largo,
estaba llamando a alguien pero no entendía lo que decía.

Me di cuenta de lo tarde que era y me fui.

Al dia siguiente muchas preguntas recorrieron mi cabeza.
Quería huir y no sabía como.
¿Podria yo formar parte de un circo?
Quise huir con ellos aunque eran completos desconocidos.

Me metí entre las caravanas, en ese terreno fangoso, con hierbajos, descuidado.
Había una chica alta y rubia, y empecé a hacerle preguntas indiscretamente.

¿Había nacido en el circo?¿Que hacía falta para ser de ahí?
¿Era una vida dificil?¿Le gustaba?
No se si no me entendía o no quería responderme.
Me dijo que el espectaculo era al dia siguiente, a las seis de la tarde.

Ahí estuve, de las primeras. No quise ponerme la primera de todos por verguenza,
pero me quedé observando antes que nadie.
Habian niños jugando en la arena, gritando, corriendo.

Mi corazón empezaba a palpitar otra vez, después de la tristeza.

Entré en el espectaculo, ese dia pagando.
Fué precioso, placentero. Una de las experiencias que más me llenaron en la vida.
Maravillosos malavares, espectaculos de magia, las acrobacias... todo era perfecto.
En ese instante fuí feliz.

Al salir, no pude evitarlo.
¿Quien es el jefe?¿Quien ha creado esta obra de arte?
Y apareció un hombre de pelo rizado y ojos azules.
Le felicité y las mismas preguntas realizé, pero no me hizo caso.
Él llamó a un niño y vino a hablarme.

- ¿Tienes movil?

¿Que era eso? Yo quería huir con ellos, no necesitaban mi movil.
Probablemente en ese momento estaba loca.
El miedo me empujó a irme aunque no quería, pero prometí volver.

Y claramente, volví.
Y todo fue igual, y pasó lo mismo, y fue maravilloso.
Pasé la tarde con algunos de esos niños, intentando cazar murcielagos, bromeando.
Reflejaba mi tristeza con una falda negra.

- ¿Nos volveremos a ver?

Hubo un beso de despedida, lo recuerdo, fué muy pequeño, tanto que me pareció gracioso.
No me habia dado cuenta todavía de que esas pequeñas cosas estaban curándome.

A la mañana siguiente, me quedé en casa hablando por el ordenador.
Fué muy doloroso, muy distante. Yo y mis impulsos de huir.
¿Hacía donde podía huir?

Hacia el circo.

Corrí contra el viento y la lluvia hasta llegar.
El espectaculo habia comenzado, yo no tenia mas dinero, me lo habia dejado todo ahí, en entradas,
en palomitas... Ya no podia entrar. Lloraba fuera, lejos, donde no pudieran verme.
Pero empezó a sonar esa canción, esa que me dolía tanto y me duele pero en ese momento fué mi mayor droga, mi medicina.

Sonaba Apologize. Una canción que habla de alguien que cuelga a cinco metros del suelo,
al borde de la muerte por culpa del dolor que le transmití a otra persona.
Habla de alguien que no aceptará el perdón, y se hará fuerte.
Yo sentía que hablaba de mí...

A causa de eso, me acerqué a la carpa, esa grande e imperiosa carpa, azul y amarilla.

Salió un niño, iba de payaso. ¿Era el mismo de ayer?
Si, si que lo era. No le había reconocido.
He de admitir que yo tenia miedo a los payasos, hasta ese dia.
Me pareció tan inocente...

Nunca supe si se me notaba en la cara que había llorando,
pero me miraba de forma superior y a la vez triste.
Me dió permiso para entrar, pero me dió verguenza.

Él entró en el espectaculo despues de pegar unos gritos que no entendía
y apareció una niña pequeña vestida de traje.
Unos rizos dorados enormes, unos ojos azul intenso, muy seria.
Pensé que iba a echarme de ahí, sin embargo, me cogió de la mano, abrió la carpa y me llevó hasta una silla.

- Quedate a ver el espectaculo.-.
- Pero si no tengo dinero...-.
- No pasa nada, te invitamos. Luego ven con nosotros, ¿vale?-.
- Claro, gracias.-.

Otra vez lo mismo, mi medicina, mi alegría.
Desde el escenario veía como me miraban, me sonreian, me guiñaban el ojo.
Me sentía especial, de alguna manera me sentia importante.

Cuando el espectaculo terminó, salí y me puse a dibujar en la tierra húmeda.
Dibujé a esa niña pequeña vestida de traje, me había parecido muy mona.

No pude evitar asustarme cuando oí a un chaval gritando, saltando y corriendo alrededor mío.
En unos segundos, tenia a mi lado a dos chicos y tres chicas.
Todos hablaban, pero, ¿que decian? No entendía nada. Me di cuenta de que era italiano.
Y entonces, me dirigieron la palabra.

- ¿Lo has hecho tú?-.
- Claro, ¿ves a alguien más?-.
- Wow.-.

Empezaron a pedirme muchos dibujos, no tendría tiempo en la vida para hacerlos todos,
pero no queria decirles que no. Quería ser amiga de ellos, lo necesitaba.

Pasé la tarde dibujando en el suelo con ellos, y ahí fue donde conocí de forma más profunda a otra chica,
parecida a quienes ya conocía. Debían ser familia, ella tambien era preciosa, y lo eran. Pasaron risas, bailes, canciones.
Pasó de todo en una tarde.


Los recuerdos de esa noche se volvieron un poco oscuros en el buen sentido.
Quizá pasaron cosas que tiempo después me di cuenta de que no tubieron que pasar,
un par de besos perdidos y la tontería de un adolescente.

Al dia siguiente todo era normal, como si siempre hubiesen estado ahí.
Como si siempre hubiese estado con ellos. Me sentía muy bien.
Vi los últimos espectaculos, salimos del recinto y fuimos al centro del pueblo.

Ese dia me invitaron a un algodón de azucar e incluso luego, a un helado.
Pasé mucha verguenza pero aun hoy lo agradecco.

Al volver, pensé que jugariamos un rato más, hablariamos y quedariamos para mañana otra vez.
Me había olvidado de que eran un circo.
Me había ovlidado de que era el último dia.
Me había olvidado de que se iban.

Y si con el tiempo... ¿ellos me olvidaban a mí?

Todas las heridas curadas, la tristeza eliminada, estuvo a punto de resurgir.
No podía permitir que pasase eso, no quería.

- ¿Volvereis?
- Seguramente.
- ¿Cuando?¿Dónde?
- Aquí mismo, dentro de un año, nos volveremos a ver.
- ¿Te acordarás de mí?
- Por favor, claro que sí.

Esa pregunta todavia la hago.
¿Os olvidareis de mí? No quiero que lo hagais nunca.

He movido cielo y tierra para estar un poco más cerca de vosotros.
He agotado mi dinero varias veces, he exprimido mi cabeza intentando dibujar para vosotros.
He tenido discusiones, he hecho de todo para veros un día mas.

Sois mis amigos, mi felicidad y como digo siempre, "mi medicina".
Esas risas, esos abrazos y los dos o tres besos para saludar y despedirse.

Quizá penseis que soy una persona ridícula.
Pero yo no creo que contar estas sensaciones sea ridículo.

Cuando os fuisteis, no teneis ni idea de las veces que he ido a ese descampado
y he llorado porque no estabais ahí. Os echaba mucho de menos, y os hecho de menos.

Lo siento mucho, quien no estará allí despues de un año seré yo.
No es porque yo no quiera, lo juro, es que no puedo.
Pero parte de mi corazón lo dejaré ahí para vosotros, para daros suerte, energía.

Y aunque se que no lo hareis, os pido que no os olvideis de mí.
Yo jamás podría olvidarme de vosotros.

Recuerdo perfectamente como os conocí, recuerdo esos dias de felicidad y tristeza.
Recuerdo la lluvia y vuestras caras, y como heis cambiado.
La verguenza que se transformó en la amistad que buscaba.

Os doy las gracias por estar conmigo, y vuelvo a disculparme por no estar ahí.
A todos.

Con mucho cariño, confieso que todo esto es lo que fué para mí conoceros. De Migca Kazius a los hermanos Zavatta.

Así que, ahí tenéis lo que escribí, sin miedos ni vergüenzas. Y aseguró que seguiré escribiendo cosas magníficas de todos ellos.