No tiene sentido

No tiene sentido enfadarse con él.
No es capaz de empatizar contigo,
ni con nadie.
Le atrae la idea del poder.
Pero no puedes tacharle de culpable.

No es una forma de ser,
es un trastorno.
Igual que tu no puedes
cambiar lo que eres,
tampoco lo puede cambiar él.

No lo entiende ni lo va a entender.
En silencio pierdes tardes llorando.
No hay remordimiento ni culpa
en su haber.
Por dolor,
acabas recriminando.

No tiene sentido enfadarse con él.
No hay lecciones que aprender
sin comprender.
No hay nada que hacer.
Simplemente volverse de hierro
o perecer.

Reconociste los esfuerzos
que llegaba a hacer, 
¿serían parte de sus juegos?
Sabemos que no soportaría perder,
¿los habrán que sean buenos?

De la misma manera
que no puedes evitar sentir,
él no puede limitarse
a vivir y compartir.
No somos culpables
de nuestros problemas
 y dificultades.
Hay que aprender a seguir con ellos.

Yo siempre quise ser un apoyo.
Un apoyo
para quienes están más al fondo,
más perdidos.
Más sólos.
Ser luz en sus caminos.

Pero a veces alumbro y no hay nada,
me quedo vacía.
Y de nuevo,
 me quedo dormida,
llorando algo
que no van a entender.

No le des el poder,
no tiene sentido enfadarse con él.

Déjalo ir,
déjale estar,
déjate ser.