Me gusta



Me gusta la gente que la quiere de verdad. Y la gente a la que ella quiere. Pero sobretodo, me gusta ella. Gracias por cuidarla y por darle de nuevo significado a la palabra “familia” en mi vida.

Ni siquiera...



Ni siquiera me has tenido que dejar para romperme, ni siquiera has tenido que quererme. Me bastaron tus palabras, tus mentiras y suspiros para haber ido contigo y darlo todo, amigo.

Para ti ya ni un recuerdo es mi imagen y como niños imprudentes que no saben lo que hacen yo aún te miro sin cruzar y te recogo los balones, qué a balcones van a dar dónde otros contigo yacen.

Sólo oirte respirar, sólo verte sonreír, para mí era bastante, un motivo de vivir. Por poderte ayudar, me vi hundida en el fuego, por quererte rescatar, me vi presa de mis miedos. Y para nada, engañada, veo llagas en mis dedos.

Quise hablarte del amor, enseñarte a sentir, en tus cálidas manos posé mi latir. No querías atender, sólo era una mujer. Otro cuento de tu historia dónde tuya es la gloria y los demás somos peones, pues comida de leones no tiende a permanecer.

Puedes verme perecer. Suplicando por morir. No querer amanecer. Olvidarme de sentir. Culpa tuya, insensato. Cada puya, es un dato.
Si me hubieses respetado, si te hubieses disculpado o te hubieses comportado, te daría ese visado que ansías. Cosas mías. Yo he doblado.

Pero ni siquiera me has tenido que dejar para romperme, ni siquiera has tenido que quererme.

Cuál pluma de nuevo



Sus besos eran como una pluma rozando mis labios y a la vez, un torbellino que quería comerme.

Hacía años que no me sentía así, no podía parar de sonreír. Pensaba que me reía, pero no. Sólo era un poco de felicidad después de muchas caídas. Y probablemente antes de tantas otras.

Como posar mis labios en cristal, como bebiendo de una taza. Como si fuese lo más frágil y a la vez, sin dejar de tratarme de forma igual.

Todo lo que hubiese querido de alguien en concreto en el pasado. Pero ahora, calmado, mejor.

Una segunda oportunidad puesta sobre otra persona.

Un abrazo que decía "te echaba de menos" aunque realmente te acabase de conocer.

La miro


La miro porque la quiero.
La miro porque es preciosa.
La miro porque me gusta.

La miro, constantemente, desde la distancia. Y cuando está a mi lado agacho la cabeza avergonzada, buscando el momento de poder volver a mirarla.

Sus manos, tan suaves. Sus besos, tan dulces. Y sus palabras como susurros al oído. Me hacen sentir como en una nube, como en un sueño, uno del que no querría despertar.

En sus ojos veo el cielo y su melena huele a mar. Ella, en sí, es el horizonte, el océano, el viento contra las rocas. Ella, en sí, es el universo y a la vez, un pequeño pajarito que no sabe volar.

Tan grácil, tan ligera, tan hermosa... 
La miro, esperando poder ayudar.
La miro, porque no sé dejar de mirar.

Si fuese yo...

Si pudiese entregar todo lo que ahora siento y volverlo en algo útil para ti, créeme, no me importaría vivir sin sentimientos. Si por esa falta tú fueses feliz, si por ese acto sonrieses de nuevo. Lo daría todo por verte un instante y que no estés lloviendo...

Si pudiese curar todas esas heridas y dejar cicatrices bien limpias, cosidas, créeme, no me importaría quedarme sin vida. Si por esa falta de mí te llenases de dicha, si por ese motivo pudieses reír...

Si fuese yo, ya me habría ido.
Si fuese yo, me habría rendido.
Si fuese yo, no habría ocurrido.
Si fuese yo...

Si pudiese mimarte tanto como mereces y decir que te quiero cientos de veces, créeme, no me importaría sangrar un milenio. Si por esa falta tú sientieses jolgorio, si por ese acto floreces por dentro. Lo daría todo por verte un instante y que no estés lloviendo...

No tiene sentido

No tiene sentido enfadarse con él.
No es capaz de empatizar contigo,
ni con nadie.
Le atrae la idea del poder.
Pero no puedes tacharle de culpable.

No es una forma de ser,
es un trastorno.
Igual que tu no puedes
cambiar lo que eres,
tampoco lo puede cambiar él.

No lo entiende ni lo va a entender.
En silencio pierdes tardes llorando.
No hay remordimiento ni culpa
en su haber.
Por dolor,
acabas recriminando.

No tiene sentido enfadarse con él.
No hay lecciones que aprender
sin comprender.
No hay nada que hacer.
Simplemente volverse de hierro
o perecer.

Reconociste los esfuerzos
que llegaba a hacer, 
¿serían parte de sus juegos?
Sabemos que no soportaría perder,
¿los habrán que sean buenos?

De la misma manera
que no puedes evitar sentir,
él no puede limitarse
a vivir y compartir.
No somos culpables
de nuestros problemas
 y dificultades.
Hay que aprender a seguir con ellos.

Yo siempre quise ser un apoyo.
Un apoyo
para quienes están más al fondo,
más perdidos.
Más sólos.
Ser luz en sus caminos.

Pero a veces alumbro y no hay nada,
me quedo vacía.
Y de nuevo,
 me quedo dormida,
llorando algo
que no van a entender.

No le des el poder,
no tiene sentido enfadarse con él.

Déjalo ir,
déjale estar,
déjate ser.



Ocell



Em trobo des de fa ja molt de temps
com si 
fos-hi engabiada.
Jo pensava ser un ocell,
no quedar-me aturada.

És com si 
hagues-hi oblidat
com es bategen les ales.
I només voldria volar
per creuar així el cel
i poder-me retrobar,
ser com jo solia ser.

Puc sentir a algú plorar
ben a prop la meva gàbia
i potser ha sigut per ell
que ningú no ha obert la porta.

Encara que sóc ocell
el cel blau mai no m'envolta.
No és que canti, és que ploro.
No és que xiuli, estic patint.
Puc sentir com el sol marxa
però em creus teva i aquí estic.

Jo pensava ser un ocell,
no quedar-me aturada...

D'esmeralda



A dins dels teus ulls omplerts de llum
he trobat un nou motiu per viure.
D'
esmeralda i mel mentre somrius
em captiven, vull tornar a mirar-te.

Per l'esquena et pugen sensacions
¿què faria sinó estimar-te?
Vull cantar-te mil cançons
dolces com la teva ànima.

Et faria més petons
maleeixo el temps enrere.
Tinc por d'arribar a oblidar-me.

D'
esmeralda i mel mentre somrius
fas que cantes i t'espantes de mentida.
Vols fer-me riure i només puc continuar
perduda en la teva mirada...

Voldria apartar-te de nou per mirar-te.
Agafar-te de la mà i deixar que m'
emportison vulguis portar-me...

D'
esmeralda i mel mentre somrius
un record a dins del cor.
Tant de bo també per a tu
sigui així de rellevant, d'important.

I si un dia et sents amb por
tant de bo pugui ajudar-te.
Que puguis tu confiar en mi
i que torni el teu somriure...

D'
esmeralda i mel són els teus ulls.

Malament




No trobo que hagi fet res malament,
només que el que diu la gent...
Tant em fa.

Perquè jo visc per mi
i vull viure feliç,
encara que de vegades,
altres puguin patir.

No vull malferir tampoc,
però batega a poc a poc
i els impulsos són en mi
una part molt important.

Voldria poder estimar,
sense a altres fer plorar.
Voldria veure com tothom
somriu i està content...

No trobo que hagi fet res malament.
¿Què em pots dir per abraçar?
¿Què em pots dir si vull gaudir?
Si la vida ja se'n va
i només vull estar bé.

Que estiguis bé.
Que estem tots bé...

No trobo que hagi fet res malament,
però em sento impotent,
perquè no tothom és com jo...
És difícil estimar a la gent.

Tant de bo ho sapiguessin fer.
Maleïda actualitat,
no m'agrada aquesta realitat.
Necessito canviar el món,
millorar mentalitats...

Educar en la pau i amor.
En l'amor de veritat..

Ho faria


Si pogués-hi fer el que vull
sense que ningú pateixi
i apropar-me als teus ulls
 respirar molt a poc a poc
i posar les meves mans a sobre teu...

Potser així podria dir
que jo estimo a molta gent,
dir que un d'ells ara ets tu
i veure com somrius
de tan a prop que el que vius
es torna fals i la il·lusió
d'un altre mon així ens envolti.

Si pugues-hi fer el que vull
sense que ningú ho plori
i agafar-te de les mans
per anar tot junts allà
on no puguin trobar-nos...

Ho faria,
et basaria
i també se que et faria

una abraçada
que no acabi...
mai.

"Click"



Es bonito cuando a veces conectas con alguien. Todo está apagado, todo es corriente y de golpe algo hace "click" y todo cambia. Encuentras que puedes volver a reírte de cosas que hacía años que no te hacían reír. Descubres que sigues viviendo, que no eres inerte como te hicieron pensar. Y el pecho palpita mientras sonríes, aunque sea gracias a una tontería.

De nuevo tu mente se llena de sueños e ilusiones, de ganas de hacer cosas nuevas y también ganas de compartir los silencios posando ojos con ojos y viendo más allá de ellos. Es triste no saber nunca cuánto puede durar, qué podría estropearlo... Pero las caídas pasadas me han hecho saber que mejor es no pensar demasiado en ello y disfrutar cada momento.

Y si ahora te sueño y no lo digo no es por miedo ni vergüenza, es porque a veces todo es más divertido en el silencio, a escondidas, debajo de las sábanas o girando alguna esquina. Pero qué bien sienta sentirse vivo, que bien sienta sentir que puedes abrirte, sentir que no hay problemas.

Y aunque siente tan bien en alguna parte de dentro, pesa. ¿Es real? ¿Es mentira? ¿O ni siquiera importa sea lo que sea?
Quizá nunca haya importado y sólo nos interese sentir...
Sentir lo bueno.

No querría verte llorar, no querría verte sufrir, no querría ver como te hundes en la soledad. No querría nada malo para ti. Y ese síndrome de siempre que me hace querer curar las heridas de los demás se agranda cuando siento que son culpa mía, que algo malo pasa, que algo malo he hecho.

Por ahora sólo quisiera abrazarte, conocerte un poco mejor, sentir que puedo seguir sintiéndome viva, saber que lo pasas bien conmigo. Y quizá dentro de muchos años, poder recordar este "click" como algo bonito, como que de verdad conecté con alguien.


Me maldigo

Maldigo el momento en que te vi. Estúpido instante lleno de extrañas emociones, como si ya te conociese, como si algo se activase.

Maldigo ese momento en que sentí que en mi pecho algo florecía, maldigo que en ese entonces no tenía espacio para dejarlo florecer. Y te vi crecer. A lo lejos, desde la distancia.

Tú mirabas hacia otra parte. Y no pasaba nada, sinceramente. Yo siempre he sido de mirar en todas direcciones, fijándome en todos los pequeños y ridículos detalles.

Pero tu mirada estaba clavada hacia un lugar en concreto. Más allá del puente. Querías cruzarlo, todos lo sabíamos. Pero te daba miedo. Sin embargo, podías. Y te empujé a ello. A que fueras, a que volaras.

Podría haber cruzado el puente contigo, pero no lo hice. Yo también tenía miedo y a mí nadie me empujaba. Podía verte desde el otro lado y con eso me bastaba. Con saber que sonreías me bastaba...

Las estaciones fueron pasando y cada vez veía más cosas nuevas. Cada vez miraba menos al otro lado del puente. Sabiendo que estabas ahí, para mí, era suficiente.

Y maldigo también la dejadez que siempre arrastro, como si el tiempo no pasase, como si nada fuese a cambiar.

Cuando tiempo después volví a mirar, tu sonrisa se había desvanecido. Aquel paraíso al que cruzaste había marchitado. Pero sentí que estaba ya muy lejos y no fui a hacer nada. Me quedé observando con tristeza y dejando el tiempo pasar.

Hasta que un día, oí "¡Ayuda!". Intentabas cruzar de nuevo el puente para volver, pero se desmoronaba ante tus pies, no podías mantener el equilibrio y a cada paso que dabas era más peligroso. En ese instante fue cuando empezó esta maldición hacia mí misma.

Cuando quería cogerte de la mano pero no llegaba. Cuando veía que estabas llorando pero no llegaba. En ese momento, una distancia que hasta entonces era pequeña y no cruzaba por miedo, pasó a ser un lugar realmente peligroso.

Te aliento a que sigas avanzando. Ojalá pudiese ir hasta ahí y sacarte en brazos pero es demasiado delicado, probablemente los dos caeríamos. Pero de nuevo, sé que puedes. Cruzarás, volarás. Y mientras desde aquí te animo, a la vez me maldigo, porque siempre me dije fiel a mi corazón pero cuando veo estos panoramas me hallo traicionándolo por miedo, dejándolo todo de lado. Al final es lo mismo que he estado haciendo siempre.

Me consuela pensar que para mí misma me decía que si alguien me volvía a necesitar ahí estaría. Y lo estuve. Pero sólo tu me llamaste. Y me hiciste recordar, revivir.

¿Cuántos habrán que me hayan necesitado y no haya mirado hacia ellos? ¿Cuántos estarán habiendo?

Ahora en mi pecho hay espacio suficiente para que florezca cualquier cosa, pero con el tiempo he descubierto que se me da mal cuidar de las flores.




Y maldigo el momento en que te vi, instante lleno de extrañas emociones. Sentimientos que no supe cuidar.

No porque me arrepienta de haberte conocido, sino porque me arrepentimiento de mi misma.


Y por eso me maldigo.