La rosa que no muestra su verdadero color.


Nunca quise mostrarme totalmente tal cual era. Siempre quise dejar algo expuesto al misterio, para así poder pensar que en realidad, tenía algo de femenina. Aunque jamás lo he parecido.


Si miro hacia atrás, puedo ver manchas oscuras, puedo ver sonrisas perdidas. Y cada vez que miraba ahí, me preguntaba, ¿alguien limpiaría eso? Pero tardé poco en darme cuenta de que el pasado no se limpia. El pasado se atesora. Y no es algo que ahora quiera borrar… pues las cicatrices, me parecen siempre hermosas.

Guardo para mis adentros todo lo que soy, y todo lo que quiero ser. Siempre hablo de mí, porque soy el centro de mi universo, y no me avergonzaré de ello. Sin embargo, en mi amada melancolía, siempre estaré pensando en los demás.

No os lo mostraré, no a todos. Pero, pétalo a pétalo, puedo susurrar al oído de cada uno la forma de los saltos que da mi corazón. Y a veces, solo a veces, rozar la rosa con mis labios.

Entonces, ahí, estaré expuesta a todo, sin nada oculto. Y quizá entonces sea femenina de verdad.

Y quizá, entonces, sepas de que color soy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario