Cuál pluma de nuevo



Sus besos eran como una pluma rozando mis labios y a la vez, un torbellino que quería comerme.

Hacía años que no me sentía así, no podía parar de sonreír. Pensaba que me reía, pero no. Sólo era un poco de felicidad después de muchas caídas. Y probablemente antes de tantas otras.

Como posar mis labios en cristal, como bebiendo de una taza. Como si fuese lo más frágil y a la vez, sin dejar de tratarme de forma igual.

Todo lo que hubiese querido de alguien en concreto en el pasado. Pero ahora, calmado, mejor.

Una segunda oportunidad puesta sobre otra persona.

Un abrazo que decía "te echaba de menos" aunque realmente te acabase de conocer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario