Invisible pero presente.

Sería normal no olvidar las cosas. Es prácticamente imposible, más de una vez, mirar atrás y no ver nada.

Cuando el día ya ha pasado, parece que nada nuevo puede ocurrir. Se acerca la noche y el sol se pone tras el más lejano horizonte. Sin embargo, a pesar de haber caído, haber sufrido y haber llorado, cuando miro atrás, una pequeña sonrisa de añoranza se muestra en mi cara.
Quisiera limpiar el mal nombre de la melancolía solo por ti.

Una pequeña luz que guardé para siempre en mi camino. Una mano a la que siempre me podré coger.
No importa las veces que caiga, no importa las veces que sufra ni las veces que llore.


Todo eso se esconde por vergüenza cuando estoy a tu lado.

El tiempo a veces a sido traicionero, queriendo distanciarnos. Y nuestras cabezas, descuidadas, no hicieron nada al respecto. Sin embargo, se que siempre estarás ahí cuando te necesite. No tengo que preocuparme por ello. Cuando todo parece desaparecer, de la nada, siempre apareces tú.
Nadie ha acordado ninguna cosa para que eso ocurra, pero ocurre. Como si olieses mi necesidad de ti, apareces para abrazarme, para hacerme compañía una vez más mientras el sol desaparece. Aunque a veces con el, desaparezco yo también...

Perdóname por si no soy lo que esperabas de mí.
Pero aunque dejes de verme, siempre estaré en algún lugar. Llámame cuando caigas, cuando sufras, cuando llores... Que mi hombro sigue dispuesto a servirte. Tus sonrisas son valiosas.

Quizá me olvides. Quizá mires atrás y no me veas. Pero yo estaré ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario